Hace dos Concejos atrá tuvimos la visita de los vecinos de la Comunidad Arboretum. La razón de su visita era reclamar sus derechos adquiridos sobre los espacios colindantes de acceso a la Cordillera y que hoy podrían ser ocupados por la Comunidad del Templo Bahai y que se interesan en instalar su obra en el sector. Si bien los vecinos tienen todo el derecho de resguardar su entorno, lo que no es justo es que lo hagan apelando a la "Defensa del espíritu de desarrollo de Peñalolén". Nada más lejos del espíritu de Peñalolén que la proliferación de Condominios, al estilo de La Dehesa o Las Condes, donde los habitantes internos gozan de hermosas plazas, anchas calles... quedando fuera todos los demás, con sus problemas. Y es que esta lógica de querer gozar de la Cordillera de manera egoista y personal, es la que ha alimentado el interés de las Empresas Inmobiliarias, las que han instalado grandes proyectos, lejos del espíritu de Peñalolén, comuna originada por Tomas y asentamientos humildes.
Más que defender el espíritu de Peñalolén, algunos quieren defender la exclusividad de su habitat, lo más aislado y resguardado posible de todos los problemas y de todos los demás. Esa lógica lo que hace es romper las comunidades, limitar los accesos y segmentar las comunas.