Vecin@s de Peñalolén:
Este año 2007 ha estado caracterizado por las movilizaciones de los trabajadores, en pos de mejoras salariales y de condiciones más favorables en sus labores. Este año, como no sucedía en mucho tiempo, miles de trabajadores de diversos sectores han expresado en las calles la necesidad imperiosa de contar con un sistema más justo y solidario. De igual manera los pobladores, en expresión de los allegados, deudores habitacionales y, más particularmente en Santiago, en los cientos de miles de afectados por el TRANSANTIAGO, han mostrado su descontento. Algunos sectores intentan hacer aparecer esto como una expresión de rechazo particular hacia la conducción de una Presidenta, por su condición de mujer y de aparente falta de liderazgo, intentando dejar en un segundo plano y a buen resguardo las verdaderas causas de los conflictos sociales. A decir de un sistema que considera la propiedad privada en todas sus expresiones, como la garante de las libertades individuales por sobre el bien común; y al lucro como el motor de todo desarrollo humano. Sin considerar que toda Nación, como tal, tiene el deber de acoger a sus ciudadanos más débiles, de promover la verdadera igualdad de oportunidades en la educación, con el fin de multiplicar con creces las potencialidades del país en virtud de su desarrollo económico, tecnológico, en fin, en virtud de una efectiva mejor calidad de vida, para todos.
No es posible desconocer los adelantos que nuestra sociedad posee, producto del desarrollo tecnológico y de mejores condiciones macroeconómicas. Tampoco podemos ignorar los adelantos en infraestructura que en algunas áreas han sido clave para el despegue del país. Sin embargo, el desarrollo y las mejores condiciones no están al alcance de todos en igual proporción. Invariablemente el trabajador – poblador, aquel que genera la riqueza en su fase primera, no goza de todos los beneficios ni de todas las calidades ni menos aún de todas las oportunidades para si y su familia. La acumulación de riqueza en el país da cuenta de una concentración excesiva y muchos de los adelantos no son los que la población desea y a veces no son los que necesita. Porque se ha impuesto la idea que unos pocos deben pensar y decidir por unos muchos. Porque se supone que la falta de debate es sinónimo de aceptación de ideas, cuando muchas veces las ideas distintas son acalladas por la represión, la ridiculización o más simplemente por la marginación o exclusión directa de los medios de comunicación. Nos intentan hacer creer que la estabilidad del país es gracias al espíritu democrático de un Congreso que descansa en la exclusión de los representantes de los trabajadores, no así de los intereses de los grandes empresarios.
Siempre lo digo, y en esta ocasión es igualmente válido. Vivimos en una comuna donde se reproducen todas las condiciones y expresiones de nuestra sociedad. Una comuna donde sectores socialmente consolidados gozan de la mayoría de los beneficios y donde siguen habiendo pobladores que sienten sus necesidades básicas aún postergadas. A pesar de contar con una nueva política de viviendas, no podemos dar cuenta de manera ágil de las más de 14 mil familias de allegados. La violencia intrafamiliar también nos golpea y nos golpea aún más la pobreza.
Es que tenemos un modelo que además de injusto y excluyente apunta la mayoría de sus esfuerzos a combatir los efectos y no las causas; intentando detener la delincuencia y los hechos ligados al narcotráfico por medio de rebajas en la edad de responsabilidad penal, atiborrando las cárceles y los Centros de Detención Juvenil, endureciendo leyes, todo para “sentirnos” más seguros, sin hacer esfuerzos serios por comprender los fenómenos de conflicto social sumados al deterioro de la familia.
Hay buenas intenciones, pero es más la soberbia. Hay buenas voluntades, pero también la falta de ellas para avanzar en serio a una sociedad más solidaria. Y nuestra comuna no está ajena a estas situaciones. Los adelantos son importantes. Más importantes cuando mejoran la calidad de vida de manera sustantiva para un conjunto importante de la población. Mucho, pero mucho mejor si se hace con la inclusión de la comunidad en la toma de decisión y desarrollo de los adelantos.
Más de algunos de ustedes tendrá la impresión de que este es un saludo de fin de año especialmente desalentador. Sin embargo, nuestro anhelo, por el cual no dejamos de luchar, es que avancemos, en conjunto a una Comuna más integrada, a una sociedad más justa. Por eso no podemos dejar pasar por alto las inconsistencias del modelo que hoy nos determina el que hacer.
Más que un saludo lleno de buenas intenciones, quisiera invitarles a reflexionar en torno al momento que como país y por cierto que como comuna vivimos. Nada sólido se construye en torno a una sociedad que vive de exclusiones. De hecho lo más grave que se forja en torno a esa realidad permanente que vive un sector importante de la población es el sentimiento profundo de no sentirse representado por nada ni por nadie. Y como tal, sentirse también sin responsabilidad al momento de ser parte de las soluciones. La falta de interés por participar y descansar en que “otros” son los responsables y que esos “otros” deberán resolver, también es causa de esta política de exclusión.
Más allá de los indicadores económicos que con lenguaje técnico nos hablan de un país próspero, debemos mirar siempre la realidad cotidiana, que nos recuerda todo el tiempo que existen tareas pendientes. El progreso tiene sentido sólo si va en beneficio de una mejor calidad de vida para todos. Es bueno si yo logro darle educación a mis hijos, pero mejor aún si es el país quien acoge a todos sus hijos por igual.
La caridad es buena… mejor aún la Solidaridad.
PABLO ABREGO S.
CONCEJAL P.C.
I. MUNICIPALIDAD DE PEÑALOLEN
Este año 2007 ha estado caracterizado por las movilizaciones de los trabajadores, en pos de mejoras salariales y de condiciones más favorables en sus labores. Este año, como no sucedía en mucho tiempo, miles de trabajadores de diversos sectores han expresado en las calles la necesidad imperiosa de contar con un sistema más justo y solidario. De igual manera los pobladores, en expresión de los allegados, deudores habitacionales y, más particularmente en Santiago, en los cientos de miles de afectados por el TRANSANTIAGO, han mostrado su descontento. Algunos sectores intentan hacer aparecer esto como una expresión de rechazo particular hacia la conducción de una Presidenta, por su condición de mujer y de aparente falta de liderazgo, intentando dejar en un segundo plano y a buen resguardo las verdaderas causas de los conflictos sociales. A decir de un sistema que considera la propiedad privada en todas sus expresiones, como la garante de las libertades individuales por sobre el bien común; y al lucro como el motor de todo desarrollo humano. Sin considerar que toda Nación, como tal, tiene el deber de acoger a sus ciudadanos más débiles, de promover la verdadera igualdad de oportunidades en la educación, con el fin de multiplicar con creces las potencialidades del país en virtud de su desarrollo económico, tecnológico, en fin, en virtud de una efectiva mejor calidad de vida, para todos.
No es posible desconocer los adelantos que nuestra sociedad posee, producto del desarrollo tecnológico y de mejores condiciones macroeconómicas. Tampoco podemos ignorar los adelantos en infraestructura que en algunas áreas han sido clave para el despegue del país. Sin embargo, el desarrollo y las mejores condiciones no están al alcance de todos en igual proporción. Invariablemente el trabajador – poblador, aquel que genera la riqueza en su fase primera, no goza de todos los beneficios ni de todas las calidades ni menos aún de todas las oportunidades para si y su familia. La acumulación de riqueza en el país da cuenta de una concentración excesiva y muchos de los adelantos no son los que la población desea y a veces no son los que necesita. Porque se ha impuesto la idea que unos pocos deben pensar y decidir por unos muchos. Porque se supone que la falta de debate es sinónimo de aceptación de ideas, cuando muchas veces las ideas distintas son acalladas por la represión, la ridiculización o más simplemente por la marginación o exclusión directa de los medios de comunicación. Nos intentan hacer creer que la estabilidad del país es gracias al espíritu democrático de un Congreso que descansa en la exclusión de los representantes de los trabajadores, no así de los intereses de los grandes empresarios.
Siempre lo digo, y en esta ocasión es igualmente válido. Vivimos en una comuna donde se reproducen todas las condiciones y expresiones de nuestra sociedad. Una comuna donde sectores socialmente consolidados gozan de la mayoría de los beneficios y donde siguen habiendo pobladores que sienten sus necesidades básicas aún postergadas. A pesar de contar con una nueva política de viviendas, no podemos dar cuenta de manera ágil de las más de 14 mil familias de allegados. La violencia intrafamiliar también nos golpea y nos golpea aún más la pobreza.
Es que tenemos un modelo que además de injusto y excluyente apunta la mayoría de sus esfuerzos a combatir los efectos y no las causas; intentando detener la delincuencia y los hechos ligados al narcotráfico por medio de rebajas en la edad de responsabilidad penal, atiborrando las cárceles y los Centros de Detención Juvenil, endureciendo leyes, todo para “sentirnos” más seguros, sin hacer esfuerzos serios por comprender los fenómenos de conflicto social sumados al deterioro de la familia.
Hay buenas intenciones, pero es más la soberbia. Hay buenas voluntades, pero también la falta de ellas para avanzar en serio a una sociedad más solidaria. Y nuestra comuna no está ajena a estas situaciones. Los adelantos son importantes. Más importantes cuando mejoran la calidad de vida de manera sustantiva para un conjunto importante de la población. Mucho, pero mucho mejor si se hace con la inclusión de la comunidad en la toma de decisión y desarrollo de los adelantos.
Más de algunos de ustedes tendrá la impresión de que este es un saludo de fin de año especialmente desalentador. Sin embargo, nuestro anhelo, por el cual no dejamos de luchar, es que avancemos, en conjunto a una Comuna más integrada, a una sociedad más justa. Por eso no podemos dejar pasar por alto las inconsistencias del modelo que hoy nos determina el que hacer.
Más que un saludo lleno de buenas intenciones, quisiera invitarles a reflexionar en torno al momento que como país y por cierto que como comuna vivimos. Nada sólido se construye en torno a una sociedad que vive de exclusiones. De hecho lo más grave que se forja en torno a esa realidad permanente que vive un sector importante de la población es el sentimiento profundo de no sentirse representado por nada ni por nadie. Y como tal, sentirse también sin responsabilidad al momento de ser parte de las soluciones. La falta de interés por participar y descansar en que “otros” son los responsables y que esos “otros” deberán resolver, también es causa de esta política de exclusión.
Más allá de los indicadores económicos que con lenguaje técnico nos hablan de un país próspero, debemos mirar siempre la realidad cotidiana, que nos recuerda todo el tiempo que existen tareas pendientes. El progreso tiene sentido sólo si va en beneficio de una mejor calidad de vida para todos. Es bueno si yo logro darle educación a mis hijos, pero mejor aún si es el país quien acoge a todos sus hijos por igual.
La caridad es buena… mejor aún la Solidaridad.
PABLO ABREGO S.
CONCEJAL P.C.
I. MUNICIPALIDAD DE PEÑALOLEN
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