Este 1 de octubre, los trabajadores Municipales se manifiestan a través de un Paro de actividades a lo largo de todo Chile, en los 345 municipios del país. La razón es una ley que bajo el argumento de la Modernidad, busca desregular sus condiciones de trabajo. El actualmente llamado "artículo 121", facultaría a los Alcaldes a redefinir la planta municipal completa, una vez durante su período de gobierno. Existen muchas razones argumentadas. Que la baja rotación de los funcionarios, haría más difícil el adecuarse a los cambios tecnológicos; que existen herencias de gobiernos anteriores que trabajan en contra; que la estabilidad laboral de los funcionarios públicos actúa como una suerte de seguro contra todo evento, que finalmente hace que los trabajadores no sean responsables a momento de desarrollar su función de servicio, etc.
Es la primera vez que ejerzo el cargo de Concejal, y no puedo negar que muchos de estos argumentos me parecían más potentes un par de años atrás, cuando veía al mundo municipal desde fuera. Lo cierto es que en estos años me he dado cuenta que, aún cuando pueden subsistir ejemplos de personas que se pueden identificar con estos malos antecedentes, la mayoría de los trabajadores públicos tienen claros sus roles y son muchas veces las condiciones laborales y ambientales mesquinas las que les impiden ejercer de mejor manera sus labores. También me he dado cuenta de que no es tal la indefención que acusan los Alcaldes al momento de ejercer su dirección, para hacer que efectivamente los trabajadores cumplan con sus funciones, esto independiente del alcade de turno. Y por sobre todo me he dado cuenta que cuando se le entrega dignidad y respeto, estos trabajadores, que tienen que dar la cara por lo bueno y lo malo de los servicios, por las oportunidades y carencias de los municipios, son los primeros en comprometerse. No creo que mayores desregulaciones laborales vayan a resolver los problemas de financiamiento de los municipios. Y por encima de todo es necesario avanzar en la modernidad, con todos los actores involucrados. Si se sigue legislando sin la participación efectiva de los trabajadores, seguiremos teniendo "Transantiagos", modernidades mal implementadas, destinadas a ser parchadas o a fracasar.
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