domingo, diciembre 10, 2006

CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Después de días de incertidumbre, muere el ex Dictador. Muere después de años de impunidad, sin ser juzgado por los innumerables crímenes que cometió. Muere sin pedir perdón, de seguro convencido de sus glorias. Pero por sobre todo, muere y se lleva consigo la culpa de muchos otros, que a la sombra de su Gobierno, se hicieron ricos comprando las Empresas del Estado, con créditos blandos, con el Estado como aval; de aquellos que aprovecharon su relación con el Gobierno para tener privilegios especiales en el mundo civil y que de paso dañaron la integridad de otros chilenos. Están por sobre todo aquellos que por acto u omisión avalaron los atropellos a los Derechos Humanos. La imagen de Pinochet arrastra todas las culpas de la Dictadura, y de manera tácita, por conveniencia de traidores y cobardes, el ex Dictador se lleva a la tumba no sólo sus culpas, sino la de otros muchos que se mimetizan en la modernidad y en una sociedad civil que no es capaz de enfrentar las deudas pendientes de su cercano pasado. Con la muerte de Pinochet, no se cierra la página de horror y atropeyo a los Derechos Humanos. El perdón verdadero no se da por Decreto... y el olvido sólo a veces lo otorga el tiempo.

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Acerca de mí

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Casado, 2 hijos. El tercero de cuatro hermanos. Dirigente estudiantil durante finales de la dictadura militar en los 80. Con estudios de Ingeniería Química e Ingeniería Comercial. Dirigente social en Peñalolen, desde mi llegada a la Comuna en 1993. Fundador del Centro Cultural Juan Chacón Corona. Concejal del Partido Comunista de Chile, en la comuna de Peñalolén durante el período 2005-2008, lo que me permitió traducir el trabajo político en el mundo social. Para bien y para mal. Vivo en un país libre, cautivo del consumismo, del stress y del egoismo. Hoy, estoy enfrascado en buscar la otra parte de mi persona, que se quedó a la saga, esperando tiempos mejores...